Balas rasantes...

No más mártires

Apunta, dispara, la bala atraviesa silenciosa el cielo, debajo la multitud. El líder religioso no ve la bala venir. Su dios tampoco. Uno de sus hombros estalla y un grito de dolor interrumpe el sermón. Llanto y sorpresa. Estampida en 360 grados.Otro proyectil atraviesa el aire y da en la espalda del pastor. Nadie de su rebaño detiene su escape para ayudarlo. Queda solo arrastrándose por el escenario, deja un rastro rojo sobre la alfombra roja.El francotirador está conforme con su handicap. Vuelve a disparar, ahora apunta a las extremidades. Su gruesa munición destroza uno de los tobillos del líder evangélico, demasiado para una articulación que cede y deja un pie cercenado al lado de un florero de jazmines volteado.¡¡¡Dios!!!- grita el blanco. Dios ha muerto- responde sin oír al pastor el hombre que apunta desde la azotea. Una mano se transforma en un muñón que dispara sangre. El pastor se da por vencido. Se recuesta sobre su espalda, se pone en cruz sobre la alfombra - señor perdónalos no saben lo que hacen- ruega preparándose para la vida eterna.Basta de mártires- dice entre dientes el francotirador, sabe que ningún tiro fue letal y que en segundos será atendido por paramédicos. También sabe que ese hombre no volverá a dar un sermón al menos en público.En décimas de segundo desmantela su fusil de asalto y lo guarda en una pequeña mochila, sale del edificio, la calle es un caos. Tranquilo camina hasta un buzón y deposita un sobre de entrega inmediata, dirigido a un programa televisivo, allí van las fotos del pastor mientras abusaba de un pequeño. El trabajo esta listo, en una hora el cheque remitido por los padres estará en su cuenta.Toma el subte, tres estaciones después, baja y sube a un bus. Allí todos miran el pequeño TV que informa sobre un desconocido franco tirador que acribilló a un religioso durante su sermón de Navidad. Se pone los auriculares con Bach al máximo una hora después desmonta, pasa por el minishop, se lleva la última edición de crónica -Vengador Anónimo- titula en rojo y negro, toda su portada esta ocupada por las fotos del falso Cristo baleado y otra del pequeño -con su cara pixelada- siendo sometido por el cardenal.

Emilris Derechos Reservados
Fotografía: Atentado a Juan Pablo II (AFP)