Cuidado con el Perro

Alivio

Las pequeñas letras blancas atravesaban la negrura de un monitor monocromo...el reflejo ilumina sus ojos. el veloz tecleado resuena en los pasillos, pero nadie parece prestar atención a ellos.excepto el dogo argentino que la empresa incorporó para mayor seguridad.el can sabe que algo violó el perímetro, su trote es silencioso sobre el alfombrado corredor. no ladra, aprendió que lo mejor es sorprender.el hombre escribe desesperado en su computadora la carta de un suicida, mientras una escopeta de dos caños tiembla entre sus piernas.presiona enter y antes de poder colocar los dos dedos gordos en los gatillos, ve una mancha blanca que salta a su cuello.con dos filas de espadas corta carne y venas. gruñe sin abrir la mandíbula. tiene el control. la espalda contra el piso, él sólo puede mover los brazos, busca desesperado dirigir la escopeta. pero el perro hace fuerza y la escopeta se desliza hacia las piernas.sintiendo el peor dolor de su vida... patea la escopeta, que al golpear contra la pared detona una de las cargas. el olor a carne quemada y un espasmo marcan el fin del dogo. su mandíbula sigue cerrada.repta --arrastrando el cadáver por la alfombra-- gira y pone el orificio frente a su cara, jala el gatillo y -fugaz, pero claramente- ve los perdigones estrellandose contra su cara. que alivio.

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