Chateando con una amiga que se encontraba en plena cordillera confirmamos nuestras sospechas acerca de que un porcentaje importante de los hombres argentinos no sabe hacer asado y que sistemáticamente, esquivan esa responsabilidad para no pasar por un papelón, aunque tratando de no mostrar su verdadero talón de Aquiles.
Lo sorpresivo es que yo me encuentro dentro de ese numeroso y anónimo grupo, que en el país de la carne –y en el que los tomates son más caros que el asado- no pueden hacer ni una choripaneada sin correr el riesgo de prenderse fuego lo bonzo o carbonizar el vacío, y ni hablar de mollejas y chinchulines.
He ahí la aparición de otro fenómeno menoscabado por la platea masculina las chicas parrilleras, que casi en piloto automático pueden hacer un flor de asado y calcular sin dudar cuantos quilos de carne y bolsas de carbón se necesitan para alimentar a una tropa hambrienta de inútiles.
Estos casos demuestran que el modelo del macho argentino, que a diferencia del consolador si sabe hacer asados, no está muy difundido y hoy la sensación son las chicas que no dudan a la hora de tirar todo al asador.
1 comment:
Yo soy de las chicas parrilleras /con algo de ayuda para el fuego mejor/ y cuando un hombre me dice "No asado, ni puta idea"dudo... soy una argentina tipo. Jajaja!
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